Reto 51: LA DOTE.

Personalmente no me entusiasma la idea de la celebrar una ceremonia para firmar un contrato en el que se sustente mi compromiso hacia mi pareja, pero en este reto estamos hablando de situaciones hipotéticas y de una dote a la inversa. 

Estuve pensando en qué pediría para casarme, qué le pediría a esa persona, a ese príncipe “azul” para aceptar sus afectos, su amor y convertirme en fiel compañera... 




Y pensando, decidí que la persona que quisiese mis afectos tendría que entregarme una única cosa: Su corazón; mi pretendiente tendría que ser capaz de extraer su corazón y entregármelo para evaluar su alma y yo, pesándolo como Anubis y descubriría si es un corazón devoto, fuerte, que esté preparado para recibir, aceptar, comprender, perdonar, un corazón paciente, un corazón sabio. 

Quien pueda entregarme su corazón y que este sea capaz de latir por mi, tendrá a cambio el mío en la palma de su mano, me tendrá a mi. 

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